domingo, 4 de octubre de 2015

RESEÑA: P.A.N.Z (producto altamente nocivo)

 

P.A.N.Z (producto altamente nocivo)

Carlos Rodón, Kike Alapont.
21x15 cm, 148 páginas.
(2015)













Reza en la contraportada:
“CUANDO LOS MUERTOS VIVAN, LOS VIVOS TENDRÁN QUE APRENDER A NO MORIR, PORQUE SI MUEREN LOS VIVOS ¿DE QUE VIVEN LOS MUERTOS?” “POR FIN LA INTELIGENCIA DOMINA LA TIERRA” P.A.N. Z ES UN CÓMIC DE GÉNERO DEGENERAO EN EL QUE NOS ADENTRAMOS DE LLENO EN LA CARA MÁS ABSURDA E HILARANTE DE UNA EPIDEMIA ZOMBI.

 ***



Carlos Rodón (guionista) y Kike Alapont (dibujante) nos muestran la cara más divertida de una epidemia zombi. Con unos personajes tan desequilibrados y bizarros que harán que estemos leyendo con una sonrisa permanente en los labios. 

 
En cuanto al guión: las situaciones que van dando lugar al inicio de la epidemia son tan absurdas y desvergonzadas que consiguen alejarse de todas las manidas y repetitivas escenas que pueblan el género Z y que no hacen más que degenerar en productos similares pero con diferentes personajes. De ahí que considere que P.A.N.Z es original y fresco. Y por lo tanto muy recomendable. Una lectura de género Z para desintoxicarse del propio género. Bien por Carlos Rodón.



  Sobre los dibujos e ilustraciones: me parecen muy adecuadas al tono en que nos cuentan la historia. Sin ser entendido en dibujo, diría que Kike Alapont ha hecho un trabajo magnífico potenciando más si cabe el ya de por sí enloquecido guión. Si se quitaran los diálogos de las viñetas, podría entenderse perfectamente lo que sienten los personajes en cada momento gracias a las conseguidas expresiones. 


 
P.A.N.Z vale su peso en risas. Ese sería el mejor resumen que podría hacer tras la lectura de este hilarante cómic de zombis. En un género tan manoseado ya, se agradecen este tipo de productos. Y no me refiero al “Palasarna” (producto causante del apocalipsis Z), sino al propio cómic.


 Antes de terminar, enseñaros alguna sorpresa que nos aguarda al terminar el relato: EXTRAS de los que si queréis saber más, tendréis que haceros con un ejemplar.




 
Y creo que con esto será suficiente para que sepáis mis impresiones sin desvelar mucho más de P.A.N.Z. Para más información aquí os dejo el enlace a la web: 


jueves, 22 de enero de 2015

MIS ESCENAS DE CINE FAVORITAS (I)

Hoy haré un primer repaso de algunas escenas de cine que han dejado algún rastro en mi desgastado cerebro. Esas que me sacaron una sonrisa de satisfacción en algún momento, fuese por el motivo que fuese.

Amor a quemarropa

Al final de la escalera

Pulp Fiction

Un hombre lobo americano en Londres

Por un puñado de dólares

El padrino

La chaqueta metálica

El resplandor

viernes, 15 de agosto de 2014

CUATRO AMIGOS (David Trueba), EL COMIENZO PERFECTO.

No pretendo hacer una reseña de esta maravillosa novela. Simplemente quería dedicar unos minutos a mostraros el que, para mí, es uno de los mejores comienzos de cuantas historias he podido leer hasta hoy.

Sin más que añadir... que os aproveche. El texto habla por sí solo.

"Siempre he sospechado que la amistad está sobrevalorada. Como los estudios universitarios, la muerte o las pollas largas. Los seres humanos elevamos ciertos tópicos a las alturas para esquivar la poca importancia de nuestras vidas. De ahí que la amistad aparezca representada por pactos de sangre, lealtades eternas e incluso mitificada como una variante del amor más profunda que el vulgar afecto de las parejas. No debe de ser tan sólido el vínculo cuando la lista de amigos perdidos es siempre mayor que la de amigos conservados. El padre de Blas solía decirnos que la confianza en los otros era un rasgo del débil, pero claro, cualquier asomo de humanidad era para él poco menos que una mariconada. Coronel en la reserva de consentida inclinación nazi, no concedíamos demasiado valor a sus opiniones. En el fondo sonaba más sabio lo que un tirado en una taberna nos gritó un día: «Yo a mis amigos no les cuento mis penas; que los divierta su puta madre». La amistad siempre me ha parecido una cerilla que es mejor soplar antes de que te queme los dedos y, sin embargo, aquel verano no habría podido concebir los días sin Blas, sin Claudio, sin Raúl. Mis amigos."

CUATRO AMIGOS. David Trueba.


jueves, 7 de agosto de 2014

MICRORRELATO: "ABUELO"

Siempre leí a través de tus ojos. He sido corsario en una gran fragata y buscador de
tesoros en tierras salvajes. He resuelto misterios ataviado de una gorra de paño y
fumando en pipa. Incluso he amado como un adulto siendo todavía niño.

Ahora que no estás, abuelo, ahora que no puedo oír tu voz, sigo sintiéndote a mi lado.
En vida, debido a mi ceguera, no pude verte. Como tampoco lo hago ahora. La muerte
se lleva a la gente, se muestra soberbia consciente de su irremediable victoria.

Cada tarde entro en tu pequeño despacho, un lugar con ese aroma que sólo poseen los
lugares sagrados y en el que, cada día, me leías tus novelas hasta bien entrada la noche.
Es entonces cuando siento que, por una vez, la parca ha sido derrotada.

Y es que tú sigues vivo. Sigues vivo entre todas esas páginas…

En el amable olor a libro.



lunes, 24 de febrero de 2014

RESEÑA: EL ÚLTIMO REFUGIO Y LAS GALLETAS OREO.


Me hubiera gustado reseñar esta obra mucho antes pero, entre que me decidí a no hacer más reseñas y que por asuntos personales dejé el blog de lado, no ha sido posible hasta hoy.
En fin, aunque sigo con la idea de no reseñar, iré haciendo contadas excepciones. El motivo, porque me da la gana. Sin más.
 


A comienzos de 2010, la Guerra de la Doble Muerte asoló el país. La ira de los Hambrientos arrinconó a los supervivientes en campamentos, levantados para preservar la vida. Uno de esos grupos se ha atrincherado en lo más alto de la Sierra de Montserrat: Francesc Maciá, Italia, Ino Guerau y el resto de sus compañeros resisten parapetados en torno a la basílica. A más de mil kilómetros de distancia, el grupo de J.B., Mamashe Correa y Úrsula se ha hecho fuerte en Finisterre gracias a los infelices que creen en sus mentiras. Mientras tanto, en la ciudad de Sevilla —completamente devastada— Judith y Jonás buscan un lugar donde morir con dignidad, cansados de esa maldición que les mantiene aún en pie. Pero... ¿podrán conseguir su propósito? ¿Resistirán los supervivientes el empuje de los Hambrientos? ¿Qué secreto esconde el grupo de Finisterre en el interior del Hostal Comala? Esta es la historia de todos ellos, en la búsqueda desesperada del que habrá de ser el último refugio.





 Dicho esto, os hablaré de "El último refugio". Esta secuela de "La guerra de la doble muerte", después de reposar en mi cabeza durante varios meses, se me asemeja a una galleta OREO.

 Sí, podéis llamarme loco, podéis tildar esta reseña de mierdosa si queréis, me da lo mismo. Ahora paso a explicarme. 

La mayoría de nosotros al comerse una OREO deja su blanco y cremoso interior para el final porque es la parte que más nos gusta. La que saboreamos a golpe de lengua. Las dos galletas que contienen la crema están de vicio. Dulces, con un punto salado al final. Pero es solo el aperitivo de lo que realmente esperamos.

Lo mismo me pasa con "El último refugio". Dos historias sobre dos campamentos de supervivientes situados en la abadía de Montserrat uno y en Finisterre el otro. Dos relatos repletos de referencias de todo tipo y en ocasiones con insanos aromas venidos de "El Manantial". Dos galletas muy apetitosas y listas para su difrute.





Sin embargo, el plato fuerte, la crema viene de la mano de Judith y Jonás, los verdaderos y podridos protagonistas. Una historia agónica, sin esperanza. Un relato exquisito Escrito en sangre y lágrimas capaz de conmover al más pintado.

No diré más para no perjudicar al lector. Simplemente apuntar que en esta novela (encajada en el género Z) Alejandro Castroguer se mantiene fiel a su estilo cruel y conmovedor a partes iguales y con ese punto de mala leche marca de la casa.











lunes, 20 de mayo de 2013

UN CAPÍTULO DE "ALMAS PODRIDAS" PARA LOS MÁS CURIOSOS



 –Por la presente queda zanjado el contrato con la conformidad de ambas partes y en los términos anteriormente acordados. Con el fin de cerrar el trato a continuación quedarán reflejadas las rubricas de las partes interesadas y el consiguiente apretón de manos –termina de leer Bradford y ofrece el documento a Robert Norman– ¿Alguna objeción?
–No veo ningún impedimento por el que debamos  discrepar –responde Norman firmando el contrato con el que cierran el reparto de los beneficios obtenidos por la próxima explotación de “El Sepulcro del Minero”. La mina más antigua y célebre de la región. Una mina que hasta el momento nadie ha querido explotar por su lúgubre leyenda.
Bradford hace lo propio y tras rubricar el contrato ofrece su mano a Norman. Los dos hombres estrechan sus manos. El reverendo Hush, que ha actuado como testigo, les ofrece un par de vasos y los llena de whisky. El sheriff estira el brazo y agarra un tercer vaso que pone frente a Hush.
–Sírvase reverendo, después de todo usted también saldrá beneficiado de este negocio. Con la donación que recibirá de las dos partes tendrá liquidez para su iglesia durante una buena temporada –celebra Bradford en un claro estado de euforia.
–Brindemos pues –responde Hush.
–Por nosotros entonces. Y por haber superado los infundados miedos y supersticiones que nos separaban de una próxima vida llena de abundancia –propone Norman levantando su vaso. Todos brindan y acaban sus copas de un trago.
–Con vuestro permiso yo marcho. No lo tomen a mal pero tengo que atender a mis quehaceres –explica Hush recogiendo su sombrero colgado del respaldo de una silla.
–Agradecemos su labor, reverendo. Vaya usted con Dios –se despide Bradford en nombre de los dos.
El religioso se cala el sombrero y se despide con un suave gesto de su cabeza. Una vez sale Hush, los dos hombres toman asiento. Se ponen cómodos, Bradford enciende su pipa y Norman llena los vasos. La oficina del sheriff permanece en silencio. La ausencia de delincuentes o borrachos en el interior de la celda que queda a sus espaldas contribuye a ello.
–Los chicos están preparados y entusiasmados. Son buenos trabajadores, los elegí yo personalmente. Ahora deben estar a las puertas del hotel esperando firmar sus contratos.
–Mañana a primera hora nos pondremos en marcha. Antes de que salga el sol. Con un poco de suerte llegaremos a la mina para el almuerzo y tendremos el campamento listo al final de la jornada –explica Norman.
–Recuerda que al frente de los trabajadores he puesto  a Vincent Conroe y Roy Dolan, los hombres de confianza de Holland. Son unos desgraciados hijos de puta. Son unos bastardos que no valen ni para dar de comer a los cerdos, pero tienen algo bueno, no piensan. Es por eso que los pongo a tus órdenes.
–Desde luego no dudo de su elección sheriff. Los conozco bien poco pero he sido testigo de su fidelidad para con el cantinero –corrobora Norman para satisfacción de Bradford.
–De paso tendrá usted informes sobre cualquier irregularidad. De eso se encargará Roy. No lo dude es un jodido chivato. No lo puede evitar y disfruta con ello el muy cabrón. Trátelos bien, que no se sequen sus petacas, y tendrá a los mejores jefes de cuadrilla que pudiera imaginar –le aconseja Bradford tomándose finalmente su vaso de un trago.
–Cada día al atardecer me encargaré personalmente de traer la mercancía obtenida. Ellos dos serán mis acompañantes. Son buenos tiradores y me irán bien por si fuéramos víctimas de alguna emboscada. Ahora soy yo el que se marcha sheriff. Aun debo de terminar los preparativos y dejarlo todo organizado para que salga según lo previsto –se despide Norman levantándose de la silla– Si necesita algo de mí puede encontrarme en el Goldgoties, ya sabe…
Y agarrando levemente el ala de su sobrero se despide de Bradford que le responde levantando el vaso de whisky que acaba de rellenar.
Robert Norman es un comerciante de oro irlandés que llegó a estas tierras de paso y terminó por quedarse. Los negocios le han ido tan bien que se ha convertido en uno de los hombres más poderoso de la región. Llegó a Green Wolf hará un mes con la idea fija de hacerse con el oro del Sepulcro del Minero desatendiendo a los consejos de los más viejos del lugar, que nunca quisieron ni siquiera acercarse al lugar debido a la maldición. El sheriff Bradford no tardó en ver el sustancioso negocio que se traía entre manos aquel irlandés y se encargó de que se encontrara en Green Wolf como en su propia casa. Incluso logró, en menos de dos semanas, conseguir una veintena de trabajadores. Gracias al reverendo Hush, claro, que en sus sermones se encargó de lavar el cerebro de todo aquel que creyese en la leyenda del Sepulcro del Minero.
Mientras discurre la reunión en la oficina del sheriff, Nolan Parker atiende a Nick Williams en su barbería. Williams ha encontrado un hueco en su faena diaria en el matadero para acudir a cortarse el pelo.
– ¿Qué tal va todo, Nick?
–El ganado está sano, que no es poco, eso me asegura vivir bien, ya sabes…
Nolan hace uso de sus útiles de manera precisa mientras piensa como hilar su conversación. Cómo revelar su información sin ofender a su cliente. Sabe que es un asunto delicado y decide hacer uso de la presencia de Chuck Newman en las proximidades de su local. El chico de los Newman pasa ante ellos, les saluda con una tímida sonrisa y sigue su camino.
–Buen chico el hijo del médico ¿No crees Nick?
–No dudo de que sea trabajador, es más, será un digno sucesor de su padre. Lo que dudo es que en esa familia haya alguna buena persona –le responde al barbero con todo el resquemor que siente hacia los Newman.
– ¿Y qué tal la familia? Anoche en la iglesia vi a su mujer y a su hija. Jane está hecha toda una mujercita y, con todos mis respetos, cada día está más guapa –comenta Nolan soltando el cebo.
– ¿A dónde quieres llegar vieja hiena? –contesta el señor Williams incorporándose en el asiento para buscar la mirada de Parker.
–Pues… supongo que está en edad de tener pretendientes, ¿hay algún candidato? –interroga Nolan a sabiendas de la relación que Jane mantiene con Chuck.
–Me paso el día trabajando en el matadero y criando el ganado. A la noche, cuando llego a casa, estoy tan cansado que cuando ceno suelo quedarme dormido en la mecedora. Cuando Mary me despierta para ir a la cama, Jane suele estar acostada.  Poco sé de la vida de mi hija excepto lo que mi mujer me va contando, y hasta el momento, nada me dijo sobre pretendientes. ¿Hay algo que deba saber, Parker?
Nolan acomoda de nuevo a Nick sobre la butaca de barbero, agarra su pelo con suavidad y continúa con su trabajo.
–Brenda, mi esposa, pertenecía a una familia acomodada de Mississippi  que vino a Green Wolf en busca de oro, como creo que usted ya sabe –Nick asiente con su cabeza a lo que Nolan responde rectificándola a la posición idónea– así pues, puede suponer que nuestros comienzos fueron bastante propicios. Gracias a mi familia política pude montar este negocio y poco después celebrar una boda por todo lo alto donde todos comieron cordero hasta decir basta –Williams hace el amago de volver a asentir pero Parker le agarra para evitarlo– No se mueva, por favor. Sólo escuche. El padre y la madre de Brenda murieron poco después a causa de unas fuertes fiebres. Su deseo fue dejar la mayor parte de su fortuna a la Iglesia y así nos lo hicieron saber siempre. A nosotros nos dejaron, como le acabo de decir, esta barbería. Por desgracia no pudimos tener hijos…
– Perdona que le interrumpa, Nolan, Pero esto no responde a mi pregunta…
–Tenga paciencia, ahora lo entenderá. En unos días, mi esposa y yo, haremos veinte años de casados. Este negocio siempre nos ha dado para comer, las cosas como son, pero de una forma humilde, sin lujos. Veinte años de casados, exactamente el mismo número de años que llevamos sin comer cordero. Estoy seguro de que cocinar uno para celebrar nuestro aniversario sería una sorpresa que emocionaría mucho a Brenda. Tengo cierta información sobre su hija y el chico de los Newman. ¿Me entiende ahora, señor Williams?
Los gemelos de cara curtida y bigote prominente salen de su negocio de armas cargados con cajas de explosivos que van colocando dentro de un carromato. Sería muy difícil identificar cuál de ellos es José y cual es Elías si no fuera por el color del pañuelo que recoge cada una de sus negras y largas melenas. El del pañuelo rojo siempre es José y el que lleva el de color azul siempre es Elías. Los dos hermanos de origen mejicano son parcos en palabras y de rostros inexpresivos. Podrían estar sacándoles las entrañas que no cambiarían su gesto. Un rictus perpetuamente desganado. Han sido incluidos en la expedición a la mina por su excepcional manejo de los explosivos. Unos verdaderos especialistas que, llegado el momento, harán que las paredes de una mina parezcan mantequilla. Ellos son los dueños de la tienda de armas y por ello tienen a mano todo tipo de material bélico. Todo el que entra en su tienda sabe que sus productos tienen un precio, no se regatea. Atrás quedaron los tiempos de hambruna viajando en la desvencijada carreta de su padre practicando la venta ambulante. La madre a la que no conocieron pagó con su muerte el darles la vida y, aunque con calamidades, su progenitor los hizo grandes enseñándoles el oficio de comerciante y sobre todo a vivir con lo puesto sin esperar mucho de la vida más que lo que ellos fueran capaces de robarle. Quizá esto último haya sido la clave de su éxito y de la cierta estabilidad que encontraron desde que decidieron montar su negocio en Green Wolf. Cuando los hermanos Flores llegaron al pueblo vieron la gran oportunidad en el negocio de las armas, puesto que la armería más cercana estaba a cinco jornadas a caballo, en la ciudad de Portland.
Thomas pasa junto a ellos, ha salido a pasear en un intento de conocer un poco el pueblo y a sus habitantes. Acaba de salir de la casa de Andrea. Ha disfrutado de un buen almuerzo a cambio de cumplir con el encargo del que ayer le habló. Andrea le ha dado una pequeña caja de madera cerrada con clavos, él sólo tiene que entregársela a John Holland. Thomas no tiene ni la menor idea de su contenido, lo único que le ha advertido Andrea es que una vez haga la entrega, intente desaparecer lo antes posible. “A Holland no le va a gustar su contenido”.
 En la puerta del Goldgoties se ha formado una gran cola. Todos los que la forman son habitantes de Green Wolf así que Thomas descarta que se trate de nuevos visitantes en busca de alojamiento.
Holland está observando el evento desde el porche de su cantina. En esta ocasión sin la compañía de sus dos deleznables lacayos. Thomas decide acercarse, tiene la boca más seca que las suelas de sus botas y necesita tomar un trago. Es buen momento para saldar su deuda con Andrea.
El sheriff Bradford sale de su oficina y estira las piernas y la espalda para después encaminarse hacia la fila de hombres a las puertas del hotel. Los hermanos Flores ya casi tienen cargada toda la mercancía en la carreta. El barbero Parker se sienta en una silla al exterior de su negocio encendiendo su tabaco y observado el devenir de la mañana en Liberty Road después de haber cortado el pelo a Nick Williams que ya continúa con su faena en el matadero. Howard Finnes da los últimos retoques a la silla de montar en la que anda trabajando. El reverendo Hush parlotea con varias señoras a las puertas de su parroquia. Jack Candle le da al martillo intentado enderezar una barra de hierro dentro de su almacén. Los niños corretean de un lado a otro. Ed Martins saca brillo a las botas de todo aquel que se lo pide mientras Joe Newman analiza el estado de las piernas carentes de movilidad de la madre del chico. Andrea se afana en cepillar a una escuálida yegua. Y después está Rim, que sigue con su mano abierta en busca de alguna limosna sentado a las puertas de la cantina. Cada uno en lo suyo, una comunidad organizada y trabajando en busca de un buen porvenir. En definitiva, una mañana cualquiera en Green Wolf.

jueves, 13 de diciembre de 2012

RESEÑA: "LA MUERTE ESCARLATA" de Antonio Calzado.





Editorial Dolmen (2012). 252 páginas.

Dos jóvenes supervivientes, Eva y Robinson, intentan sobrevivir en eun mundo plagado de asesinos Errantes. Un misterioso niño poseedor de un oscuro secreto, Ismael, les conducirá hacia el norte a través de un camino lleno de peligros que acabará convirtiéndose, al mismo tiempo, en su única esperanza. Los tres han de caminar juntos hacia la salvación... o hacia la muerte.

Este es el planteamiento que nos propone Antonio Calzado en su novela "La muerte escarlata".

La historia comienza con un grupo de supervivientes en la que destaca Eva, una joven superviviente audaz y atractiva a partes iguales. Además de amante de la "Literatura Inglesa". Apodo que le será otorgado más adelante.

Por otro lado conoceremos a Robinson, mi personaje favorito de esta historia. Entrañable y onanista. Un joven que se halla encerrado en un bunker fabricado por su padre años atrás. No daré más detalles... Tenéis que conocerle.
Una de las piezas fundamentales en este juego. Ismael, el niño máquina. Un personaje misterioso y aficionado al "juego del go" que Antonio utiliza de manera magistral para crearnos dudas y captar nuestra atención hasta hacernos esclavos de su historia.
Estos tres serían las tres principales columnas sobre las que se sustenta La muerte escarlata. Pero hay más. La ciudad de Cíbola y su gobernador Alexei.

Cíbola es uno de los últimos reductos de supervivientes. Alexei, un hombre venido de la europa del este la gobierna con mayor o menor acierto pero que hasta el momento ha conseguido repeler los ataques de los gusanos (grandes grupos de muertos vivientes).
Otro aspecto que me ha gustado es la crítica que que hace el autor de una sociedad que cae una vez trás otra en los mismos errores a pesar de tener la posibilidad de empezar cero.

La gran novela del autor estadounidense Herman Melville, Moby Dick (1851) aparece en esta obra casi como un personaje más. Estableciendo similitudes entre las dos aventuras y despertando empatías entre los personajes.

Resumiendo diría que ha sido una novela que me ha aportado unos buenos ratos de diversión como lector, pero mucho más como aspirante a escritor. Ya que la construcción de personajes de la que hace gala Antonio Calzado es encomiable. Destacando la evolución que tiene el personaje de Robinson a lo largo de la aventura.

La muerte escarlata nos proporciona un sin fin de encuentros agradables, desagradables, sexuales, etc... que desemboca en un final de lo más inesperado y en el que el autor, emulando a Ismael, juega al "Go" con los protagonistas de su novela.

Y hasta aquí puedo leer para no desvelar nada que pueda comprometer el disfrute de esta obra.

Un saludo para Antonio Calzado y mi enhorabuena por esta novela.